Las revistas de vanguardia como objeto y como práctica: Perú, Brasil, Argentina (1922-1937). Área 3: Área de interacciones literarias y culturales

"Vanguardia sin revista no es vanguardia”- declaran Pedro Puntoni y Samuel Titan Jr., para prologar una monumental edición facsimilar de las revistas del modernismo brasileño. Por su carácter de obra colectiva, por la precariedad de sus finanzas, por su tesón programático y por su polifonía, las revistas parecen ser los objetos que más fielmente han registrado lo que fue la vida de los colectivos de vanguardia. Pero más allá de su rol arqueológico o testimonial, y más allá aun de su función en tanto “órganos” o manifestaciones públicas en torno a las cuales se configuraron esos grupos, las revistas son objetos en sí mismas, que piden ser leídas con códigos que les son específicos.

Al leerlas en su variada especificidad, se abren nuevos interrogantes sobre la relación entre revista y vanguardia: ¿dónde hay que buscar la modernización o la ruptura en una revista? ¿dónde ver su relación con las instituciones de arte, con el mercado, con las tecnologías y con los medios masivos? Una primera aproximación es ver qué hacen estas revistas con los géneros y las tradiciones de la prensa periódica y de las revistas culturales: con las cartas abiertas, los poemas, las reseñas, las noticias, los anuncios, las secciones, la diagramación de página, las ilustraciones. Distintas vanguardias les dan una gran diversidad de formas a sus revistas: basta ver los cambios drásticos de formato que ocurren cuando se producen cambios de comités o de orientación en algunos grupos, como ocurre con el Boletín Titikaka y la Revista de Antropofagia.

Los textos de las revistas de vanguardia se dispersan en tanto objetos cuando pasan a formar parte de antologías o a integrar la obra de autores individuales. Los contextos de lectura cambian, y con ellos cambia la vanguardia como objeto de lectura y como objeto de estudio. Paradójicamente, las revistas de vanguardia parecen tener un aura especial, suscitan una veneración previa, que lleva a su reproducción en costosas ediciones facsimilares, y hoy mediante cada vez más sofisticados procesos de digitalización e informatización. Las revistas nos son sin dudas más accesibles, lo que permite que podamos leer y repensar la vanguardia en ellas.

Hace 35 años, Jorge Schwartz proponía que las vanguardias latinoamericanas precisaban una estética comparada. Al considerar simultáneamente las revistas peruanas, brasileñas y argentinas se descubren redes editoriales y afinidades tal vez impensadas, pero también se perciben con mayor nitidez las polémicas, las prácticas y las circunstancias que las hacen objetos singulares.